Según lo publicado en las guías americanas recientes de La Asociación Estadounidense del Corazón, una dieta saludable para el corazón sugiere usar aceites vegetales líquidos, en lugar de aceites tropicales (coco, palma y palmiste), grasas animales (mantequilla y manteca) y parcialmente, grasas hidrogenadas.

Las grasas saturadas y trans (grasas animales y lácteas, y grasas parcialmente hidrogenadas), deben reemplazarse con aceites vegetales líquidos no tropicales.
La evidencia respalda los beneficios cardiovasculares de las grasas insaturadas en la dieta, especialmente grasas mono y poliinsaturadas principalmente de aceites vegetales como aceite de oliva, soja, maíz, cártamo y girasol; nueces y semillas de lino.